La cara oculta de los pasos fronterizos: los atractivos poco conocidos detrás de los trámites engorrosos

La cara oculta de los pasos fronterizos: los atractivos poco conocidos detrás de los trámites engorrosos

Ni tan siquiera en su letra chavala, los bultos y folletos turísticos que sugieren viajes terrestres contemplan los puntos de interés que guardan los pasos fronterizos. A primer aspecto no se atisban razones para detenerse en esos lugares desangelados, supuestamente poco capaces para el interés de los viajantes, donde la senda se reduce a una mínima expresión, una estrecha ruta acotada por conos, barreras, puestos de guarda y dársenas.

Al otro lado aguardan los shoppings de Chile o bien Paraguay con el anzuelo de sus ofertas, las playas soñadas de Brasil, los paisajes del Altiplano boliviano o bien la infecciosa calma de Uruguay y su gente, en contraste con el paisaje poco alentador de las localidades fronterizas. La más concida salvedad a la regla podría considerarse Puerto Iguazú, favorecida por esa maravilla natural famosa en los 5 continentes que representan las Cataratas.

Mas alén del cruce a Brasil por el puente que atraviesa el río Iguazú, lejos de imaginar una atracción digna de ser descubierta, los pasajeros de paquetes de viajes son bienvenidos por funcionarios de ademán fruncido, que los inducen a efectuar los trámites requeridos por la aduana ya antes de salir del país. Acabar de una vez con la aburrida formalidad de llenar los formularios y percibir la autorización para continuar viaje es el instante de alivio al que todos aspiran.Reserva Natural Valle del Acambuco, cerca del paso internacional que conecta Salvador Mazza (Salta) con Yacuiba, Bolivia (foto de www.eltribuno.com).

No obstante, en la mayor parte de esas escalas obligatorias asimismo asoman lugares para descubrir y caminar, una plan de actuación opción alternativa, fuera de programa, esencial para recobrar el mejor rostro en la amarga espera. Por poner un ejemplo, la vigilia en La Quiaca para cruzar del norte de Jujuy a Villazón se puede matizar con una visita al Museo Etnográfico y al Mercado Central, atestado de piezas creadas por los artesanos con técnicas ancestrales, comidas tradicionales y bebidas autóctonas de la Castigue. Es una parte de la herencia de las milenarias etnias precolombinas, que late de manera fuerte a pasos del puente internacional.

Cerca de Salvador Mazza -asimismo conocido como Pocitos, en el tope norte de Brinca-, la Reserva Natural Acambuco da un reparo de aire puro y fresco entre especies de vegetación y fauna de las yungas. En Formosa, Clorinda semeja limitarse a esa multitud de esforzados pobladores que cargan bultos sobre sus espaldas y barcazas que transportan mercancías por el río, mas poco se sabe de que el Pilcomayo es asimismo el espléndido eje de una travesía de turismo aventura por selvas en galería.

También, en Bernardo de Irigoyen, Misiones, los paseos guiados en perfecto portuñol hasta el salto Gramado plantean una parada tan gratificante como el camino por la Mina 1, que dio origen a la historia carbonífera de Río Turbio, en la helada estepa de Santa Cruz.

En los márgenes del territorio argentino, las marcas mas identitarias de ciertos lugares semejan borradas del mapa, mas están resguardadas en algún rincón. Queda en los viajantes, sus ganas y sus tiempos, dar con ellas ya antes de pasar de largo.

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