¿Cómo es la casa que le valió un premio al arquitecto barilochense?

¿Cómo es la casa que le valió un premio al arquitecto barilochense?

Diseñada por Germán Spahr y con más de 130 metros cuadrados, la casa bariloche busca el equilibrio sustentable. Adentro tendrá huertas, producirá su propia iluminación y ahorrará calefacción debido a un sistema de aislación.
Germán Spahr es un joven arquitecto barilochense que recibió un premio nacional por el diseño de una casa sustentable cuya construcción está a pocos meses de finalizar. La vivienda tiene características propias que la hacen única, y sobre todo, sustentable.

En 2014, un cliente se acercó a Spahr y le explicó lo que estaba buscando: una vivienda inspirada en Michael Reynolds, conocido como “el rey de la basura”, por construir casas con deshechos reciclados. “Le di otra estética, pero la idea estaba basada en la arquitectura sustentable”, explicó el joven premiado y aclaró que “la gente suele imaginarse una choza cuando hablas de construcciones sustentables”.

Así comenzó uno de los emprendimientos inmobiliarios mas osados, proyecto que tomaría forma de casa en bariloche y una con increíbles particularidades. Pasó un año entre que comenzaron los diseños y comenzó la construcción, que además de haber sido elegida entre muchas otras que se presentaron al premio, es el primer diseño que se materializa de este joven y prometedor arquitecto.

La casa tiene aproximadamente, 130 metros cuadrados divididos en dos plantas, que incluyen dos dormitorios, cocina, comedor, living y otros espacios más. “¿Qué significa que es una vivienda sustentable?”, es una de las primeras preguntas que surgen en diálogo con el arquitecto, a lo que responde que es una construcción que “tiene en cuenta factores como el clima y la geografía, no sólo para el diseño sino para la elección de materiales a utilizar”. Es decir que se eligen elementos ecológicos, que al producirlos, generen el menor impacto posible en el medio ambiente o que a largo plazo, tengan beneficios en la construcción.

En este caso, se utilizó tergopol como material aislante pero además tiene un sistema denominado masa térmica que implica que absorbe el calor producido por el sol durante el día y lo dispersa a la noche y de esta manera se ahorra calefacción. “La estructura es tradicional con hormigón armado y estructura metálica”. Spahr también diseñó un muro compuesto por cubiertas rellenas de tierra compacta. “Se trata de estirar la vida de las cosas, de utilizar elementos reciclables o reciclados”, remarcó el hombre.¿Cómo es la casa que le valió un premio al arquitecto barilochense?

Una de las interrogantes que surgen a la hora de construir con esta metodología es sobre los costos. “Debería ser más barata una obra sustentable, pero cuesta casi lo mismo por metro cuadrado que la construcción convencional” aunque el arquitecto destacó que la diferencia monetaria se ve “a largo plazo con la calefacción, la electricidad, entre otras cosas”.

La casa se caracteriza además por producir su propia electricidad con paneles solares y recicla aguas grises (como se denomina a las aguas con jabón) para utilizarlas en las mochilas de los baños. Sobre esto, Spahr resaltó que “es una locura que utilicemos agua potable para tirar la cadena del inodoro”, y en esta búsqueda de mayor conciencia ambiental, también hizo posible que adentro de la vivienda haya huertas bioclimáticas. Debido a que en el interior habrá un microclima, las plantas podrán crecer con facilidad. “Mi cliente quiere poder producir su propia comida y tener que recurrir lo menos posible al almacén”, explicó.

Tiempo atrás, Spahr se enteró del concurso de Arquitectura y Hábitat Sustentable desarrollado por la Universidad Nacional de La Plata y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires. Decidió postularse con el diseño de esta vivienda que estima tener finalizada para fin de año, y obtuvo el primer premio. “Gané una beca completa para realizar una Maestría”, comentó con satisfacción.

Actualmente el joven se encuentra trabajando en un proyecto para construir el Laboratorio de Levaduras de la Universidad Nacional del Comahue. “Es un desafío porque implica un diseño sustentable para un edificio técnico y científico”, consideró.

Spahr recalcó la importancia de “trabajar en conjunto” con el cliente para poder llegar a un diseño personalizado. “Una casa debe reflejar las formas de vivir de una persona, no puede ser algo genérico”, finalizó. (ANB)

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